A esta altura no puede extrañarnos que el diseñador italiano Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy, es un fanático de la estética gótica (casi) siempre acompañada de un filoso borde romántico sexual. De ahí que sus musas sean siempre chicas hot pero siempre encuadran bajo estas categorías: Ciara, Kim Kardashian, Mariacarla Boscono, Carine Roitfeld.
Esta vez no hubo buzos –aquellos que invadieron el street style alrededor del globo-, y la mirada se concentró en sexies vestidos cortos –con profundos escotes y cordones muy visibles en el pecho-, negros o con estampas a rayas blancas y negras, con faldas de encaje, algunos más elaborados que otros siempre al borde de la alta costura. Era imposible no pensar en Carine Roitfeld a medida que aparecían estos vestidos. La veta sexy se aumentaba a medida que la mirada avanzaba y aparecían las largas y ajustadísimas botas de cuero –negras y marrones-, que solo permitían ver tres centímetros de pierna entre ellas y el vestido.
La impronta Juana de Arco apareció con el escotadísimo vestido de la modelo Mariacarla Boscono –imagen Beauty de Givenchy-, en cuero de dos marrones distintos con una intrincada falda plisada que por debajo dejaba ver una sobrefalda de fino encaje.
Esta vez los pantalones de cuero vienen como siempre ajustados pero el talle es a la cintura bien alto, así como los pantalones en denim –bien oscuro-, se llevan con suéteres peludos con flecos años 80s coronados con grandes medallones de joyas en el pecho. También aparecieron las cruces y las estrellas –simbología 100% Tisci-, en remeras que se llevan con mini-faldas o debajo de los mini-vestidos negros.
Riccardo Tisci destacó como influencias para esta colección los trajes tiroleses, los antiguos juegos de pinball –se vio en la manera en que las modelos desfilaron entre la gente-, y sus comienzos en Givenchy hace casi diez años.
“Al principio, cuando empecé, era todo más duro y sexy. Siento que las mujeres de hoy me dicen que eso es lo que está faltando en el mercado”.
Porque en Givenchy son las mujeres la que acomodan la mano invisible del mercado.
Mariacarla Boscono, musa de Riccardo Tisci e imagen de Givenchy Beauty. |
Fotos Pascal Le Segretain/Getty Images Europe.
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