lunes, 28 de septiembre de 2009

Alber Elbaz habló de moda en la UNESCO

Alber Elbaz en la UNESCO

Por estos días se desarrolla el Milán Fashion Week, pero no es la única actividad relacionada con la moda que tiene lugar en Italia. El diseñador Alber Elbaz participó de la conferencia organizada por las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que tuvo lugar el sábado en la ciudad de Monza.
“Estoy aquí para contar la historia de la moda,” dijo el diseñador de Lanvin, en el día de apertura del Foro Mundial de la UNESCO sobre la cultura y las industrias culturales. “En frente nuestro, los diseñadores tenemos una pagina en blanco, y tenemos que llenarla con sueños e historias”.
Ante una habitación repleta de 200 delegados internacionales, Elbaz transitó por varios tópicos incluyendo sus problemas de peso, la globalización e Internet y su influencia en la moda, entre otros. Dijo que la moda era una maratón y que los diseñadores trabajan muy duro, pero que desafortunadamente, no pierden por eso calorías. Sin embargo, el punto fuerte del discurso se centró en el riesgo que puede correr la industria de la moda: las habilidades (de la moda) están en peligro, y la cultura superficial que engendra Internet no está ayudando. ¡Atención a este mensaje! Qué cada uno haga su autocrítica.

-Alber Elbaz y las modelos. “Conocen a alguien que quiera ser costurera? ¿Conocen a alguien que quiera ser sastre", le preguntó a la audiencia con incredulidad. "Yo tampoco. Pero sí conozco muchas personas que quieren ser modelos, y no sólo modelos, sino supermodelos. Este es el juego de hoy: ser famoso, y hacerlo muy, muy rápido".
-Alber y la tecnología. Confesó que no conduce ni sabe utilizar el correo electrónico, pero que una vez le pidieron que considere cómo se vería su colección en una pantalla de computadora. Alber concluyó: "Lo que se ve bien en la imagen no siempre se ve bien en la vida real”. ¿Captaron la sutileza?
Luego de la conferencia Elbaz debía tomar el primer avión que lo llevaría de vuelta a París, donde se encuentra realizando su última colección que será presentada el 2 de Octubre. ¿Qué dijo al respecto? "Me siento como una madre de 10 niños que se quedaron en París y están llorando por comida," dijo desatando la risa de los presentes. "Incluso aquí, en tiempos de Internet y de máquinas, no todo se puede hacer por control remoto".
-Alber y la tradición. Acepta que la tradición puede interponerse en el camino del progreso de la industria de la moda. Contó que alguna vez trabajó en una fábrica de muy buena reputación en Lyon, Francia, pero encontró que sus tejidos, a pesar de ser hermosos, eran demasiado pesados y no aptos para la vida moderna. Cuando le contó esto a los propietarios fue "acusado de la destrucción de su tradición. Yo dije, 'no lo soy. Sólo estoy tratando de seguir adelante'", relató Elbaz. La fábrica cedió, y consiguió una orden de miles de metros de telas más livianas.

-Alber y el estereotipo del diseñador. Según Alber, los diseñadores de moda no son divas que se presentan a trabajar a las 6 de la tarde con mucho champagne encima. Describe su rutina como levantado a las seis de la mañana con café negro, para persuadir a las historias, a ser innovadoras y novedosas, y de que hay que alimentar el deseo de los consumidores y mantener el zumbido de los negocios.
-Alber y las vertiginosas nuevas formas de producción. Se lamenta de que con el actual ritmo apresurado de la moda, con las pre-colecciones, las colecciones crucero y cápsula, un diseñador con una carrera de 30 años tenga que crear 180 colecciones o historias. "En la industria de la música, usted puede tener una carrera de por vida con un gran álbum," dijo. "Nosotros somos tan buenos como nuestra próxima colección -en otras palabras, ninguna credibilidad en absoluto."
-Alber e Ives Saint Laurent. Había sucedido a Yves Saint Laurent durante tres temporadas, cuando la leyenda del diseño se retiró del ready-to-wear, relató que una vez conoció a Saint Laurent la noche antes de una de sus últimas colecciones de alta costura, y se sorprendió al saber que se encontraba estresado. "Le dije: '¿Incluso después de todos estos años?" Y él contestó: "Porque a pesar de todos estos años, todavía estoy estresado," dijo Elbaz.
-Alber by Alber. Un hombre que dejó Israel con 800 dólares y un sueño de convertirse en diseñador de moda en Nueva York, Elbaz, dijo que está encantado de trabajar en la moda. "Cualquiera que me conoce sabe que soy quejoso, pero en el momento de la verdad, diré que tengo suerte."

Fuente: wwd.com

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