Mario Pergolini.
La jornada fue coordinada por el periodista Germán Paoloski, y el gran Mario Pergolini fue la primera personalidad en contar su exitosa experiencia profesional. “Empecé a tener amigos con la doble cassettera, el entretenimiento condicionaba la gente que tenía en casa”. Ese momento duraría poco porque la tecnología se volvió masiva y su equipo ya no era la atracción principal. Pergolini relató cómo formó su productora Cuatro Cabezas y cómo llegó a ser lo que es hoy. Por su charla pasaron palabras como ZX Spectrum, Romay, música, computación, ICQ, sueños, ideas, siempre con un discurso pro y accesible, recordándonos que vivimos en “un gran momento para hacer cosas” porque la tecnología es muy accesible y “es ridículo no seguir un sueño ya que conectarte es muy sencillo”. El tiempo y la tecnología nos están dando la oportunidad de fracasar y volver a empezar. Entre risas y anécdotas, Pergolini encantó al público presente sin olvidarse de las personas que seguían la charla por Internet desde la web de Vorterix.
“Cuando alguien me dice ‘Hacé y más’, pienso que me he movido así”, dijo Mario, insistiendo en que quizás “a lo mejor ya no se necesita una sola gran idea” porque “hoy se pueden tener varias vidas en una vida”.
Cecilia Baccigalupo.
A las 11.15 llegaría el turno de Cecilia Baccigalupo, tres veces campeona del mundo de Paddle y creadora de una Fundación que ya lleva diez años al servicio de chicos con discapacidad intelectual.
Con una simpatía arrolladora Cecilia relató cómo a partir de recibir un primer abrazo que le “cambió la vida”, se le ocurrió crear la fundación que lleva su nombre. “Siempre me gustó la docencia, enseñar, siento que puedo dar mucho más”, dijo Cecilia, que entre otras anécdotas contó que hizo un curso de cocina pero no aprendió ni a hacer un huevo frito, haciendo hincapié en que lo más importante en la vida es que “cada uno desde su lugar puede dar más, su 100 por ciento, y ser campeones del corazón”.
Cecilia se definió como una agradecida de la vida resaltando la importancia de tener “libertad para elegir”. Finalmente se despidió del público dejando una frase que destaca la importancia de la familia: “Al atardecer de la vida nos examinan en el amor”.
Sebastián Crismanich.
El siguiente speaker fue el campeón olímpico de Taekwondo Sebastián Crismanich. “Vengo a contarles la historia de mi vida”. Así se presentó el medallista de oro de los JJ.OO. de Londres 2012, señalando que comenzó su vida deportiva a los 6-7 años siendo una persona “introvertida, tímida”. Nada de esa timidez se vio en su discurso, recordando cada anécdota vivida junto a su hermano con quien comenzó a practicar el deporte que lo llevaría hacia lo más alto. Sebastián quería jugar al fútbol pero su hermano practicaba Taekwondo. “Empecé a practicar con mi hermano, aprovechaba y me pegaba y me pegaba. Volvía llorando a mi casa”, contó el deportista provocando la risa del auditorio. Se pegaban tanto que un día su papá les dio dos opciones: dejaban el Taekwondo ó eran los mejores. Y así fue. “Yo alcancé la cima en lo mío”, dijo Crismanich. “¿Y ahora? ¿cómo sigo? Pero siempre hay más…”, concluyó el deportista.
Luciana Aymar.
Hacia el mediodía, Luciana Aymar dejaba bien claro cuál había sido su objetivo desde pequeña. "Mi sueño siempre fue el mismo: hacer que el hockey sea conocido, llevar el hockey a lo más alto del mundo”. Vestida con jeans claritos, camisa color crudo y altísimos tacos, Luciana contó cómo llegó a ser la mejor jugadora de hockey del mundo y cómo se animó a más para llegar a su meta: “Yo sabía lo que quería –quería ser Diego (Maradona) en la cancha. Me imaginaba con la camiseta argentina, cantando el himno, con apenas 13 años”. Destacó la importancia del trabajo en equipo y la suerte de haber tenido como entrenador a Cachito Vigil, quien “forjó una personalidad en mí”. Además, insistió en que “uno puede encontrar la pasión en cualquier momento de la vida, pero siempre vamos a tener impedimentos”. Pero ¡ojo! que esas trabas no sean excusas para no animarnos a más. “Si hacés lo que te apasiona, no tenés techo”. Valiente y audaz, Luciana define al 100 por ciento la filosofía Rexona.
Scott Belsky.
En su entretenida exposición citó al semiólogo italiano Umberto Eco. “Nos gusta hacer listas porque no queremos morir”. Las listas nos mantienen haciendo, nos mantienen infinitos, incompletos, siempre hay algo para hacer, y así siempre hay más. “Las ideas no suceden en soledad. La idea del creativo solitario es un mito”, concluyó Belsky. Siempre se necesita un equipo. Un equipo para poder hacer más.
Así, terminaba una mañana con anécdotas, emociones e historias de vidas de personas que se animaron a más. Un dream team de profesionales de distintas disciplinas convocados por Rexona, para que nos transmitieran sus experiencias, que nos inspiraron, alentaron y motivaron a producir y soñar. Siempre con la intención y el empuje de hacer. Hacer: más!
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