Raf Simons produjo un sorprendente desfile para Christian Dior. De varias formas.
En primer lugar, la temática chaqueta-de mujer empresaria fue una salida dramática de su última - y muy exitosa - oda a la alta costura diáfana.
En segundo lugar, los casi sagrados códigos de Dior – vestidos de suave femineidad, esculpidas chaquetas Bar- parecían casi idas con el estilo de sastrería masculina de Simons.
El desfile titulado "City Lights", que comenzó con abrigos masculinos largos de cachemira, presentó algunos trajes agradables - aunque no fueran particularmente innovadores.
El pensamiento andrógino de Simons tuvo mucho más éxito en una serie de vestidos de lana en fuscia, amarillo brillante y azul que tenían capas dobles y formas en V que reflejan los dos niveles de un traje de oficina.
Pero incluso aquellos podrían haber sido sin los bordados distractivos que me parecieron una idea de último momento para complacer a la clientela Dior.
Sin duda la mejor parte del show fue cuando dejó que la chica Dior hablara: en un gran set de vestidos trapecio asimétricos de nylon que florecieron en pliegues acolchados.
Las chicas Dior no quieren ir a la oficina. Ellas quieren divertirse!
Escrito por Thomas Adamson AP Fashion Writer
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