En mi primer posteo en Dolores Fancy planteé el caos que implicaría la falta de jeans. Por fortuna y por el momento, los pantalones siguen con signos vitales. ¡Una preocupación menos!
Pero ahora me pregunto, ¿qué pasaría si mañana me despierto y encuentro algo muy horroroso como puede ser una fila interminable de jeans? Sería lo más cercano al placard de Homero Simpson. La imagen es terrible.
Imaginemos algo menos desastroso: además de mis pares azules, descubro algunos otros objetos como: dos o tres poleras, un suéter fucsia con detalles en amarillo, y, en un rincón perdido, una pirámide al borde del colapso de remeras con inscripciones del tipo: Kiss me hard before you go y otras menos cancheras, pero igualmente simpáticas, como Alguien que fue a Bariloche se acordó de mí y me trajo esto.
La selección no es terrible pero bastante limitada. Veamos cuáles son los objetos que deberíamos incluir con urgencia para conseguir un ropero mil veces más funcional.
1. Remera blanca
Va con todo. Dependiendo qué elijamos para la parte de abajo, estaremos listas para practicar deporte o ir al cine. Un buen dato es comprarla en alguna tela que se seque rápido. Seamos sinceras, el gran punto en contra del color blanco es que no necesita demasiado para delatar una manchita por mínima que sea. En caso de que efectivamente estemos de viaje y no contemos con muchas remeras, vamos a precisar al menos una que esté lista para la mañana siguiente.
Todo tiene un fn. Durante un mi último viaje usé la remera blanca con tanto énfasis que empezó a adquirir nuevos matices que definitivamente no buscaba. Momento de reemplazarla: por suerte se encuentran de éstas en todas partes muy fácilmente.
2. Blazer negro
Vistosa e integrante, una mujer con blazer hace la diferencia. Este accesorio es un buen ejemplo de detalle que suma muchos puntos en cualquier salida que exija cierta presencia. Hay de varios colores pero, siguiendo la consigna del artículo, vamos a preferir los tonos sobrios para no acotar nuestras posibilidades.
¡Cuidado! Tan importante es el blazer como el talle correcto en que lo compremos. Tengan en cuenta que es una prenda que no necesariamente van a utilizar en días frescos y, por lo tanto, no calculen llevar debajo de él suéters ni nada parecido. Me regalaron uno que me quedaba ligeramente grande y pensé que estaría perfecto con un poco más de bulto. Nunca lo usé más que con una blusa y la imagen que daba era la de un rugbier que había perdido un par de kilos.
3. Chatitas
Son la combinación perfecta de comodidad y buen gusto. No necesariamente más económicas que otros modelos con plataformas o tacos, aconsejo invertir en un buen par de chatitas para resolver un conjunto práctico y canchero en pocos minutos. Así, nos aseguramos de tener un producto noble en nuestro vestuario, perfectamente utilizable en ocasiones formales y libre de bochornosas curitas alrededor del pie.
Fui víctima de las liquidaciones de verano y adquirí mis chatitas por un precio igualmente chato. Se veían lindas pero me era simplemente imposible lucirlas en tanto que caminaba como un cabrito recién nacido y tenía un molesto tic de quitármelas cada vez que me era posible.
4. Trench
Siempre llueve. Muchas tienen la sensación de arruinar su cuidado look con el piloto equivocado. Los ponchos amarillos son simpáticos e ideales para excursiones por las Cataratas. Pero para el resto de los días en la ciudad, es necesario algo un poco más smarty. El trench es la respuesta: nos mantiene secas, distinguidas y sexies!
Tengo uno que, al igual que el pasaporte, no sale de la valija. Es liviano, no se arruga y da un porte increíble. Mi recomendación: usarlo sobre algo que pueda verse aún cuando esté cerrado; de otra forma, va a parecer que confundimos el trench con la salida de baño y salimos desnudas a la calle.
5. Little black dress
Olvidarlo sería imperdonable. Tan universal como íntimo, el vestidito negro debe estar en el ropero de toda mujer que presta atención a su look. Todas necesitamos uno pero es deber de cada una encontrar el adecuado. Nos identifica y habla de nosotras. Personal como una fragancia.
Sencillo pero no playero. Tuve un vestido negro que era demasiado usual, rozaba los bordes del pareo. Mi tip aquí -teniendo en cuenta que nos va a ahorrar la compra de muchos atuendos- es aconsejable conseguir al menos un decente little black dress.
¡Conclusión!
La regla para asegurarnos de tener un guardarropas digno, elegante y versátil en partes iguales es organizarlo pensando que podríamos llevar la mayor parte de la ropa a un viaje largo. Es decir, provisto de una cantidad y calidad de elementos fácilmente combinables y aptos para mantener el estilo.
Jennifer Micó.
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