sábado, 31 de marzo de 2018

BAFWEEK/ Mishka colección “Arts & Crafts” Otoño Invierno 2018



Deténganse y oigan el sonido, perciban el golpe de sus pasos. Ella ostenta pelo à la garçonne, rasgos angelicales. Su coreografía es espontánea. Gira, se desplaza, se abraza al son de sus propios pasos. Podría tratarse de Jean Seberg vagando por el París de Jean-Luc Godard. Pero estamos en Instagram. Cinco segundos de video y la sensibilidad de Mishka atraviesa el scrolling para reivindicar el Arts & Crafts, movimiento que da nombre a la colección. Labor artesanal aplicada a las artes decorativas. La firma de Marcelo Cantón defiende el concepto de boutique, templo de lujo urbano, donde sus dévouées descubren tesoros estilísticos.

Firmes como cimientos de arquitectura racionalista, los zapatos priorizan la simpleza y el singular adorno de la forma, el color. Materiales como madera, charol, gamuza, cuero curtido, portan el ADN brutalista de la marca. Y lo dotan de romanticismo con mocasines Louis XV, rematados por perlas y cristales; de utilitarismo con plataformas angulares; o de vanguardismo con botas metalizadas, dignas de André Courrèges. El detalle se manifiesta en suelas dadaístas, cuyos bloques geométricos adoptan la paleta de Jean Prouvé.

Mención especial para la línea Sportif, equipada con zapatillas de charol en total monocromo. Por su parte, una serie cápsula Made in Brasil ofrece clásicos como mocasines, abotinados, pumps y botas envolventes.

Las carteras cobran dimensiones maxi. Bolsas de cuero natural, despojadas de todo ornamento, cuyo recurso radica en combinaciones geométricas. Tonos borravino, mostaza, blanco y negro; cueros opacos, acharolados, gamuzados. El resultado final alude al Mod Art de los 60, vigente en bandoleras con argollas metálicas. Sin cambiar de década, el exotismo de Veruschka ruge en la piel sintética de un sobre con correas turquesa.

Cualquier manual de uso pierde validez ante la diversidad de la colección Couture. Un tapado de paño italiano remite a Kristen McMenamy mostrando la cara sofisticada del grunge; un saco de pelo crudo transmite el coraje de Marianne Faithfull en La Motocyclette; una minifalda de corderoy vibra como la liberación del Swinging London; una blusa baudelaireana, enlazada al cuello, sigue a Patti Smith tras las pistas de su poeta predilecto; y estampas japonesas decoran vestidos de crepé italiano. Acogidas por pantalones ultra ceñidos, cropped o palazzo en gabardina paper touch, las piernas también admiten contrastes. Eso sí, toda pieza respeta el manifiesto Mishka: elegancia y practicidad.

El mismo mantra rige sobre el denim, que se apodera de técnicas sartoriales y recupera su esencia todoterreno. Tiro medio o alto; corte Oxford, bootcut o flared; calce apto para todo cuerpo. Legado y modernidad caminan juntos en una serie que usaría tanto Jane Birkin como sus hijas y sus nietas.

Bajo influjos africanos y futuristas, la bijoux potencia la propuesta. Hay brazaletes de acrílico, madera, asta; cinturones con hebilla cuadrada, circular; y cadenas. Inevitable recordar el desnudo de Marisa Berenson para Irving Penn, emblema de irreverencia.

Mientras la modelo de campaña inmortaliza su desenvoltura ante la lente de Santiago Albanell, las boutiques de Mishka albergan Artes & Oficios. Creaciones marcadas por lo atemporal, pero aggiornadas a un presente ávido de movimiento.

Arranquen y generen el sonido, prolonguen el golpe de sus pasos.


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