viernes, 7 de diciembre de 2007

Michel Houellebecq en Argentina

Sabía que iba a estar en la Alianza Francesa pero me imaginaba una cola al rayo del sol con pequeños houellebecquitos de pantalones marrones y morral. Por eso no fui. Al fin y al cabo su talento está en sus libros que esperan en mi biblioteca ser re-leídos en algún momento, aunque confieso que no pude terminar La Posibilidad de una Isla.
Les dejo algunas de sus intervenciones y ocurrencias en la conferencia de prensa y en el diálogo con
Alan Pauls. Las saqué de la nota de Silvina Friera, en Página/12:

-“Vine a la Argentina porque recibí muchos e-mails de lectores interesados en mí, y eso me gusta”. “Argentina no es un país que tenga muchos clichés asociados, por lo que para un europeo promedio es un país bastante misterioso. Brasil o Colombia evocan inmediatamente imágenes.”

-Sobre las acusaciones hacia él de xenófobo y misógino: “No creo ser xenófobo; misógino, puede ser, pero no desprecio a las mujeres. Lo más penoso del tema es que cambio de parecer con frecuencia. En realidad, me contradigo bastante”. “Las mujeres muy femeninas y encantadoras me molestan un poco, pero cuando veo a las alemanas, que rara vez se rasuran las axilas, me digo que es bueno que las mujeres hagan el esfuerzo por ser bonitas y femeninas”. “Creo que hombres y mujeres somos iguales. El discurso feminista es bastante falso. Hay mujeres que sueñan sólo con ser amas de casa".
-Cuestionó la generación de los ’60: “En esos años se desarrolló cierto cinismo que fue revestido o disfrazado de combate libertario, pero que en realidad fue el comienzo de una visión cínica de la vida”. “Cuando pienso en los ’60, tampoco me parece correcto presentar a esa generación como marxista-tercermundista; había pocos, pero como hablaban mucho, se hacían oír”. “La mayoría desarrolló la actitud de los consumidores cínicos e indiferentes a los otros. Por eso me resulta muy extraño cuando esas personas dicen que era una generación maravillosa e idealista. Yo no me di cuenta.”
También rechazó el mito del ’68. “El
Mayo Francés no tuvo mucha importancia. Imaginen un mundo donde hubiera existido el rock y la píldora, y el resultado sería el mismo.”
-Afirmó que el movimiento revolucionario del siglo XIX y XX es el capitalismo: “(…) ha destruido todas las estructuras, incluida la familia y la pareja”. “Hay una página de (Alexis) de Tocqueville en La democracia en América donde escribió que quería imaginar lo que bajo los rasgos del despotismo podría producirse en el mundo. Es una página superior que describe la sociedad contemporánea, y es de 1820”.

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Consultado sobre la última portada de la revista Time, en la que se anuncia que la cultura francesa está en vías de extinción, Houellebecq sostuvo que esa idea no es del todo falsa. “La cultura alemana y la italiana también han ido desapareciendo. En España, rara vez he visto una publicidad de una película que no sea norteamericana”, agregó el autor. “Lo que pasa es que Francia se las arregla mejor que otros países; tenemos Dj mundialmente célebres y algunos buenos escritores, pero el dominio de la cultura norteamericana sobre el conjunto del mundo es evidente. La gran fuerza, más allá del dinero, del proteccionismo interno y del sostén a las exportaciones, es que ellos creen en su propia superioridad y terminan por convencer a los otros. En cambio, los franceses se enroscan en contemplaciones masoquistas de su propia decadencia, lo que es bastante deprimente. Los franceses son personas angustiadas e inquietas sobre el futuro europeo, y sin embargo se siguen reproduciendo, cosa que no hacen en España o Alemania.”
-“La literatura no cambia el mundo, simplemente puede describirlo; lo que cambia el mundo son textos como las Epístolas de San Pablo, El Corán y El Manifiesto Comunista, pero no las novelas.”
-Sobre el elemento autobiográfico en su segunda novela, Las partículas elementales: “Es el momento en que Michel es invitado por su doctor de tesis para que haga una carrera como investigador. Muchas veces pensé que podría haberme convertido en biofísico o bioquímico, porque efectivamente me lo propusieron. Muchas otras cosas no son autobiográficas, pero me gusta imaginar el destino que habría tenido.”

-Sobre el amor: “La falta de amor nos hará libres. Cuando uno ama pierde libertades, es evidente; incluso Nietzsche tiene razón cuando dice que el filósofo casado pertenece al registro de la comedia. Uno es más libre cuando está solo.”
-Sobre el periodismo: “Los periodistas están confrontados con un mundo difícil de entender”. “La tecnología desempeña un rol eminente, pero nadie puede explicarla porque no entiende el tema. Lo mismo pasa con la economía. Para un lector extranjero, Argentina parecía que era un país rico de Sudamérica que de pronto se convirtió en pobre. Leí muchos artículos, pero no entendí nada; las explicaciones se contradecían. La economía y la tecnología son dos cuestiones sobre las que la gente no entiende nada, y, sin embargo, gobiernan el mundo. Yo no logro ser competente en esos temas.”
-“Soy vago y contradictorio en la vida cotidiana. Estoy aquí haciendo un esfuerzo por responder porque son periodistas de muy buen nivel, comparado con otros países, y eso me llama la atención.”

Foto: Página/12

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