Para seguir conociendo cómo piensan los diseñadores que admiramos, hoy tenemos algunos extractos de la conversación telefónica de Alber Elbaz -diseñador de Lanvin-, y Dirk Standen, editor de Style.com, publicada originalmente en la sección The Future of Fashion.
-El papel que los desfiles todavía tienen a la hora de transmitir un mensaje. “Es casi como preguntarle a alguien cuál es el rol de una mesa si querés servir una cena. Por supuesto que poder comer en la cama y podés hacerlo sólo en un plato y en el piso, pero creo que cuando lo ponés en una mesa es la manera más pragmática. Hay ciertas cosas que creo que son esenciales y ésta es una de ellas."
-Sobre los desfiles transmitidos en videos, y las experiencias en vivo con audiencia en vivo. “Quizá soy una especie de tipo antiguo, no sé. Creo que si querés transmitir emoción tenés que escribir una carta. Las emociones no se transmiten por SMS o e-mail. Creo que tenés que estar ahí, tenés que sentirlo… Sé que ahora con Facebook, alguna gente me dice, “Oh, tengo 700 amigos.” Otra persona me dice, “Tengo 3.000 amigos.” Y yo les digo que tengo sólo dos amigos. ¿Entonces ahora quién tiene más amigos? ¿Ellos o yo? Y cómo lo medís realmente, por número o por calidad? Creo que tenemos que seguir adelante y creo que tenemos que seguir cambiando, pero hay ciertas cosas que son hermosas si las dejamos cómo son. Y la moda no se trata siempre de lo que es nuevo, se trata también acerca de lo que es bueno. Y creo que si necesitás ver lo que es bueno, tenés que estar ahí."
-Sobre la excitación en los compradores, críticos, diseñadores acerca de los desfiles transmitidos en vivo. “Creo que el problema es que todos sentimos que hemos tenido suficiente de eso. Creo que es el mayor problema que estamos sintiendo y experimentando. Y siempre digo que hacer una colección es casi como escribir un libro o hacer una película, y no conozco otra industria que pueda producir seis películas por año con el mismo director. Ese es el tema. No podés escribir cinco libros por año. No podés producir cinco películas. No podés hacer seis colecciones por año. Y creo que esto es lo que hace que la moda sea lo que es hoy en día. Sé que mucha gente se queja de que no hay suficiente cambio y que la moda en el pasado era mucho más creativa que hoy en día, y creo que gran parte de este fenómeno se debe a que no tenemos el tiempo para pensar, no tenemos tiempo para proyectar, no tenemos tiempo para digerir. No estoy hablando de, “Oh, necesitamos viajar para inspirarnos,” porque de hecho creo que el mejor viaje que hacés es con tu couch mientras comés papas fritas. Pero creo que necesitamos el tiempo para pensar, volver a mirar y tener otra perspectiva.
Cuando a veces salgo a este tipo de eventos de moda y veo a otros diseñadores, veo que uno tiene dolores de espalda, otro tiene migraña, y el tercero está exhausto, porque estamos atravesando un proceso que no tiene fin. Y creo que los editores están sintiéndose de la misma manera, porque tienen que atravesar el mundo temporada tras temporada, ver y escribir los reviews en taxis, donde no tienen tiempo para pensar. Lo que ves hoy quizá no sea lo que realmente sentís mañana. Tenés que mirar y ver. Y creo que a los compradores están asistiendo a lo mismo, porque hubo un tiempo cuando se quedaban en los locales, no sólo mirando computadoras y números. Cuando vas al doctor, no querés que el doctor mire sólo a la computadora, querés que te mire a vos. […] (Los compradores) viajan de una colección a la otra, de una pre-colección en New York a una pre-colección en París, y es interminable. Y creo que hay una especie de extrema fatiga de la que todos están hablando y hay una necesidad de cambio.”
-Sobre la posibilidad de un cambio en el sistema de la moda. “Creo que es posible. La única manera de que sea posible es si trabajamos todos juntos… De alguna manera si trabajamos juntos con las revistas y con los locales, podemos hacer cambios. Sería totalmente pesimista si no creería en el cambio. Estamos en una industria que es la industria del cambio. Digo, estamos cambiando temporada tras temporada, ¿pero no podemos cambiar el sistema? ¿No podemos cambiar la fórmula? Creo que podemos. Es una cuestión de tiempo, es una cuestión de iniciativa y coraje, de aquella persona que nos reúna a todos y diga, saben qué, hagámoslo de una manera diferente, volvamos a disfrutar la moda. Casi todos los diseñadores que conozco dicen, “Alber, es lo único que sé hacer.” Me siento bastante torpe. No sé manejar computadoras. No manejo. Si no supiera hacer moda, creo que no tendría casa. Entonces el hecho es que sé cómo hacerla y amo hacerlo. Sólo quiero disfrutarlo un poco más."
-Sobre el equilibrio entre pulir o perfeccionar la firma Lanvin cada temporada y hacer algo nuevo. “Mirá, le dije a mi compañero hace unos meses, “Tengo una pregunta,” Él dijo, “¿Qué es?” Le dije, “Crees que todavía somos cool.” Y él dijo, “Alber, nunca fuimos cool.” ¿Y sabés qué? Prefiero seguir siendo relevante que ser cool, porque si sos cool, también sos frío al día siguiente. Entonces es mejor ser relevante. Lo único que me siempre me da miedo es ser como Miss America del momento, porque año siguiente habrá una nueva Miss America.”
-Sobre su trabajo con Geoffrey Beene y sobre la posibilidad de que un diseñador de ese estilo –que trabaja fuera del sistema-, pueda existir en la actualidad. “Creo que un buen diseñador puede existir en cualquier parte y donde sea y todo el tiempo. Se trata de ser bueno, y creo que nuestro trabajo es básicamente hacer que las mujeres y los hombres se vean bien. Eso es todo. Es un trabajo. No aparezco a la mañana y trato de ser hype y cool e ir a fiestas para promocionarme a mí mismo. Si alguien me invita a una fiesta y termino yendo, no es porque estoy tratando de hacer PR (relaciones públicas) para mi ropa. Quiero ir y divertirme y quiero comer buena comida y tener buena compañía. Eso es lo que busco en esas fiestas. No busco promoción para mis vestidos porque el vestido se puede promocionar sólo. Así que trabajar además todos estos años con Geoffrey Beene y trabajar con Yves Saint Laurent, tuve dos de los mejores diseñadores del siglo XIX que fueron mis maestros, mis mentores. Y lo que aprendí de ambos es que no se trata sólo de ser cool, se trata de ir a trabajar día tras días. Sólo venís a trabajar. Es un trabajo. Es un trabajo importante para ayudar a hombres y mujeres a verse hermosos."
-Sobre su búsqueda de nuevas telas y desarrollos tecnológicos en materiales. “Cuando comencé en Lanvin hace ocho años, recuerdo haber ido a Lyon y pedir ver más telas, y vi estas increíbles failles y duchesse satins, pero eran muy rígidas… Entonces le pregunté al dueño si quizá la podíamos lavar o hacerle un tratamiento similar para hacerlas menos rígidas, y me dijo que en realidad estaba destruyendo a la industria, que no estaba respetando la tradición. Pero al mismo tiempo tomó unos pocos metros de tela e hizo un intento. Y unos meses después, cuando vio la orden, no me acusó de destrozar la industria; en realidad me estaba agradeciendo por mantener la industria viva.
Con la misma tónica algunas compañías te dicen, “Oh mi Dios, esta es una tela tan moderna.” Y yo estoy a favor de la modernidad, me siento más como alguien que trabaja en un laboratorio que en un atelier, entonces digo, “Ok, dejame ver lo que es una tela moderna.” Pero si esa tela moderna no se puede cortar porque la tela es tan nerviosa, si las fibras son tan inteligentes que no las podés cortar y le tenés que coser un papel en cada pieza de tela, eso no es moderno… La idea es encontrar este tipo de armonía entre lo nuevo y lo tradicional, entre ayer y hoy. No se trata sólo de ser moderno y de última tecnología e ir hacia delante. Para ir hacia delante tenés que tener una base, tenés que venir de algún lado.
Vos sabés que hacemos telas cuatro veces al año. Terminamos el desfile un viernes, y yo estoy en el showroom el sábado y el domingo, y en la mañana del lunes comienzo con las telas, porque al que confecciona las telas le lleva dos o tres meses entregármelas. Entonces para que yo las tenga listas para mi pre-colección, lo tengo que hacer el día después del desfile. ¿Y sabés qué? Lo último que quiero hacer el día después del desfile es mirar telas, pero tengo que hacerlo.”
-Sobre la importancia del negocio de los accesorios para sobrevivir hoy en día. “Definitivamente. Pero todo debe ser exitoso. Vos sabés, somos una compañía independiente, no somos parte de un grupo. No estamos dentro de un [conglomerado] de lujo donde podemos decir, “Papi, ayudanos a salir adelante.” Tenemos que producir para obtener un salario para las personas que trabajan para nosotros. Esta es la presión que siento temporada tras temporada cuando dibujo. Cuando tengo esta semana que me tomo para dibujar, me siento en mi departamento e intento dibujar, y sólo pienso en la gente que está trabajando, que tengo que hacer un buen trabajo para que ellos tengan su sueldo. Y esa es una gran presión, temporada tras temporada. Y de alguna manera creo que una gran parte de mi trabajo es para las personas que trabajan conmigo. Estas son las personas que hacen realidad mi sueño. Estas son las personas que están ahí en los días buenos y en los malos. Y a veces me siento como un conductor de una troupe, pero a veces me siento como un pianista, y a veces además soy el piano. Pero de esto se trata la vida de un diseñador.”
-Sobre cómo las nuevas tecnologías afectan la moda. “Creo que es parte de la vida. No lo podés criticar. No se trata de que yo me siente aquí y me queje de las cosas. No es eso. Lo veo y es genial… es parte de esta generación. Es casi como preguntar si todos esos reality shows como American Idol son buenos o malos. Por supuesto que hay un gran elemento ahí. Lleva un sueño a una parte de la sociedad que nunca lo podría tener… Al mismo tiempo, siento que el star system no es la realidad, entonces aunque le llames reality show, de alguna manera no es completamente real. Porque no te convertís en cantante de la noche a la mañana. De la noche a la mañana no te convertís en un diseñador de moda estrella. Lleva mucho tiempo, devoción, trabajo duro. Sabés, podés comprar siliconas, podés comprar plástico, podés comprar cirugías. Lo único que no podés comprar son músculos porque para tener músculos tenés que trabajar duro, dedicar tu vida a eso. Eso es lo único que las personas todavía no pueden comprar. Creo que también en nuestro métier, no se trata de terminal la escuela y comenzar tu propio negocio, correr para ser la nueva cosa. Creo que tenés que tener el tiempo para aprender, para entender, para hacer algún trabajo, y después seguir adelante.”
-Sobre los bloggers de moda. “Tengo que decirte que amo a los bloggers. Y no te lo digo porque estoy [tratando de] sobornarlos… Todas las mañanas me levanto y veo blogs. Hay algo muy inocente. Hay algo muy honesto. Podés decir, ok, no tienen la experiencia de ver cosas. Pero igual es otro mediador. Son sus opiniones y es interesante cuan políticamente incorrectos son. Por supuesto, cuando dicen, “Oh mi Dios, me encanta,” Me pongo extremadamente feliz. Y cuando dicen, “Oh mi Dior, es una mierda,” Lo odio… Vivimos en una sociedad instantánea, entonces todo tiene que ser rápido y todo tiene que ser grande y todo tiene que ser ahora. Y creo que esto [los blogs] son también un reflejo de la sociedad, entonces no son algo que podamos sentarnos a juzgar y decir, bueno, creo que está bien o está mal. Es el reflejo, el espejo de nuestra sociedad, y [algunos muestran] lo que estamos haciendo. Hemos sido acusados porque algunas modelos son anoréxicas, pero nosotros como diseñadores de moda no podemos ser culpables, porque vos sabés, cuando hablo con mujeres de todo el mundo, ricas y pobres, jóvenes y viejas, intelectuales o no, lo que quieren ser es ser flacas. Les preguntas, ¿cuál es tu sueño? Ser flaca. Eso es todo lo que quieren, entonces esto es algo que sucede en el mundo. ¿Y sabés qué? Yo, como un diseñador que no es exactamente flaco, todo lo que quiero es ropa confortable. Todo lo que quiero es belleza. Quiero decir, me gusta el pelo gris, me gustan las arrugas. Pero ese soy yo. Por eso nuestro logo es la madre y la hija. Siempre siento que tengo la habilidad o el lujo de diseñar para jóvenes y no tan jóvenes y para flacas y menos flacas. Me siento más versátil respecto a eso."
-Sobre la obsesión con la belleza y las celebridades. “Creo que son dos cosas diferentes. Hay una obsesión con la belleza, y si hay una obsesión con la belleza, yo quiero estar ahí porque yo estoy obsesionado con la belleza, pero con la belleza en mis propios ojos… Pero cuando vos hablás de las celebridades, esa es otra cuestión. No conozco a nadie que no lea en los aviones esas revistas sobre celebridades. Quiero decir, todos los que conozco lo hacen, así que estamos todos fascinados con eso. Es un poco como el sueño del siglo veinte o veintiuno… pero ahí tengo otra cuestión. Siento que algunas celebridades piensan que porque son famosos, pueden hacer moda. Imaginate si yo ahora quisiera ser un bailarín. Te aseguro que no podría. No puedo saltar. No puedo ni siquiera saltar de un punto a otro. Creo que hay este tipo de confusión. Todos quieren hacer todo, todos necesitan hacer de todo, y todo piensan que pueden. Y todavía creo que un bailarín debería bailar y un chef debería cocinar y un cantante debe cantar y un diseñador de ropa debe hacer ropa. Porque en el momento en que tratamos de hacer de todo, nos convertimos en muy mediocres en lo que hacemos, y no llegamos a los extremos y no alcanzamos la excelencia. Y yo prefiero tocar la excelencia.”
-Sobre la importancia de que una celebridad luzca un vestido de Lanvin. “Es genial. Además, es una cuestión muy narcisista. Es casi como un buen review. Te levantás en la mañana el día después del desfile, estás medio muerto, y hay alguien en algún lugar al que le gustó tu trabajo, y vos decís, oh my Dios, entonces no soy tan malo. [Qué ocurre] cuando ves a una celebridad que luce bien con tu ropa? Si te dijera que no me afecta, te estaría mintiendo. Por supuesto que es bueno, y cuando se ven bien es genial, es fabuloso, y cuando no, entonces te querés matar… Pero nunca entramos en el sistema de las celebridades, en hacerlo un negocio y pagarle a las personas para que luzca nuestra ropa. Siempre le digo a nuestro departamento de relaciones públicas, nunca llamen y les pidan que vengan. Esperemos y veamos quién viene a nosotros.”
-Sobre los rumores acerca de ser el sucesor de Karl Lagerfeld en Chanel. “Oh, no vayamos a eso. Ni siquiera entremos en eso. No sucedió. No está sucediendo. Quiero decir, respeto a Karl y me encanta su trabajo y creo que está haciendo un trabajo fabuloso, y lo adoro como persona y como diseñador. Él está ahí y yo estoy en Lanvin y eso es todo. Mirá, esto es lo malo acerca de la novedad, este tipo de rumores de la industria."
*La traducción es mía.
-Ver: El pensamiento de Hedi Slimane.
<span>Genial!</span>
ResponderBorrarde acuerdo
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