Cerrá la boca, por Luciana Pecker
Ejercicios como forma de castigo por haber comido algo rico, hojas verdes a la hora de la cena so pena de perder el encanto seductor, candados en la heladera, frutillas puestas en la boca del amante sólo para no tragarlas (con sus calorías); comer, evidentemente, queda mal. Justo ahora que las mujeres podemos gritar, hablar, opinar, besar y reír hay que cerrar la boca de nuevo, bien cerrada. No vaya a ser que se cuele un merengue porque si no tendrá cien abdominales más en penitencia.
Extractos de la nota:
Junto con el mandato de la delgadez, el cuerpo perdió un permiso y un placer: el de comer. Hoy comer está mal visto. Por eso, muchas mujeres comen escondidas, no comen, comen poco o comen –siempre– light. Por eso, Florencia Peña –famosa por hablar y no por callarse– se tapa la boca con una cinta que también acuartela la puerta de su heladera, Araceli elige una bebida 0%, la chica de la propaganda de mayonesa deshoja la margarita para saber si le pone a un plato una cucharadita de Hellmans (que gracias a diosdiet ya viene con menor tenor graso) y la amiga de la propaganda de “Ser” reta a la otra porque se come un sándwich. “¿No te estabas cuidando vos?”, la increpa.
Epa. “¿No te estabas (o no deberías) cuidarte vos?”, es una frase que, dicha, silenciada, gritada, burlada u obviada es palpitada por muchas mujeres cada vez que miran una carta, compran en el supermercado, cocinan, piden o –simplemente– llevan un bocado a la boca. Por eso –incluso más allá de la delgadez o el sobrepeso– la presión sobre la alimentación femenina es el gran tabú de la época sobre el cuerpo (y los deseos) de las mujeres.
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La mujer independiente del siglo XXI vive sola, trabaja, mantiene su hogar, no depende de la mirada masculina salvo (o más que nada) para evaluar su propia imagen. La presión de la delgadez es un autoflagelo que la sociedad fomenta. “Los varones más jóvenes han incorporado este estigma: escuché a muchas chicas de treintipico decir ‘mi novio me dice ¡gorda, bajá ese rollo!’ o ‘¿no tendrías que retomar tus clases de gym?’.” “Mientras que los medios alimentan con crueldad esa imagen de flaca y joven para ser exitosa y feliz. Florencia Peña con la cinta para no comer (con la que tampoco puede hablar) y Verónica Lozano que bebe aguas como si fuera champagne”, describe Hendel.
“No sé si alguien le cree a Araceli que toma Ser por los nutrientes y no por la dieta..." –desafía Fabiana Renault, creativa publicitaria y directora de la Escuela Superior de Creativos Publicitarios Extramuros–, si no fuera por la figura, por qué convocar a una mujer que es referente de lo estético en sus múltiples campañas de ropa interior y no a una mujer que sea ejemplo de la temática femenina en sí misma, como, por ejemplo, Maitena. El problema es que como la mayoría de las campañas publicitarias está liderada por hombres, la mirada hacia la protagonista del comercial está a menudo muy centrada en la estética.” Por su parte, la fotógrafa de moda Andy Cherniavsky propone: “Puede haber una nueva estética de mujeres con cuerpos más rellenitos y creo que nos haría muy bien a todas. Pero hay algo muy cultural y muy metido del que es muy difícil deshacerse, y es esa mirada donde la perfección física pasa por la delgadez”.
Nota completa en Las/12
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