Parece que el niñito Sean Preston Spears Federline se había caído de su -alta- sillita y seis días después los padres se dieron cuenta de que el bebé estaba durmiendo más de lo común, por lo que decidieron llevarlo al hospital. Se supo que tenía una fractura menor en el cráneo y sangre coagulada (?).
Al día siguiente a Britney le tocaron el timbre de su mansion en Malibu y eran nada menos que del Departamento de Servicios a Niños y Familias, que se encargan del seguimiento de los bebés que son llevados al hospital. En California este tipo de investigaciones no son fuera de lo común.
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